Esta entrevista con Bruno A. Arredondo es parte de una reseña sobre su novela 2056 que te invitamos a leer:
2056 (reseña
Entrevista con Bruno A. Arredondo
¿Cuáles fueron tus principales influencias y/o inspiraciones al escribir el libro?
Mis principales influencias fueron la cultura pop japonesa, el ánime y los videojuegos. Gran parte de mi niñez la viví solo, mi padre falleció a mis nueve años y de ahí mi familia se alejó. Mi mamá buscando empleo y mi hermano estudiando fuera de la ciudad.
De joven, la lectura no fue de mi interés, pero siento que en parte fue por las lecturas obligadas de la secundaria y preparatoria: el Lazarillo de Tormes, Damian, El Quijote, Los Diálogos de Platón, El Llano en Llamas, entre otras. Siendo honesto, ninguna de ellas me atrapó, particularmente porque eran lecturas obligadas y que solo quería aprender a hacer una Genkidama como Gokú. Pienso que la lectura debe ser -particularmente al inicio-, divertida, emocionante, relevante y que te genere interés y te haga querer más. El primer libro que leí completo era sobre un señor que se hizo de un huevo de dinosaurio comprando huevos en el supermercado, claro que el huevo eclosiona y el dinosaurio habla (¿por qué no habría de hacerlo?).
Pienso que si a mi yo de joven le hubieran ofrecido una novela como 2056, donde tiene acción, fantasía militar, monstruos, y ciencia ficción, se habría sentido atraído a la lectura desde una pronta edad, y hubiera plantado las semillas de un hábito que sin duda, cambia vidas.
¿Tuviste alguna referencia de ciencia ficción mexicana?
Tristemente no, esta novela comenzó como un proyecto de pandemia en 2020, y gracias a ella me adentré más al mundo de la literatura. A inicios de año leí Invasión Silenciosa, por Jenaro Martínez, Cadáver Exquisito de Agustina Baztérrica (que sé no es mexicana pero es latina), y Orfeo por Martha Riva Palacio Obón.
Ciertamente la Ciencia Ficción es un género que debe explorarse más en México, es muy rico, lleno de imaginación e incorpora elementos que son -ó pueden llegar a ser- reales. Y, no lo sé, tal vez la ciencia ficción mexicana inspire al siguiente gran científico, y ese, sería un logro de la literatura.
¿Por qué decidiste ubicar la historia en Japón?
Por la gran influencia que la cultura japonesa tuvo en mí. Durante el desarrollo de mi novela no tomé la cultura japonesa como un producto de consumo. Investigué, leí y me documenté para tratarla con respeto y no caer en los clichés solo por el factor cool.
La historia comienza haciendo mención de un Gran Bloqueo, una política global de aislamiento entre naciones. Japón, en su historia, no es ajeno a este tipo de aislamiento del mundo. Por el hecho de ser una isla está aislado, y al igual que los personajes, no es hasta que todos colaboran por un bien mayor que se logra este cambio para derribar este bloqueo y traer una nueva era.
Parece que hay una fuerte influencia del anime y los videojuegos tanto en la trama como en la estructura narrativa ¿consideras que es así?
Totalmente. El anime y el manga han sido elementos que a la fecha he conservado en mi vida. El desarrollo de historias, el planteamiento de la trama, el contexto y el estilo propio de cada mangaka hacen que la obra sea algo realmente de autor, una obra de arte.
Mi mangaka favorito es Hirohiko Araki, creador de Jojo’s Bizarre Adventure, y él escribió un libro que tomé como pilar creativo para el desarrollo de una novela. En su libro, Manga in theory and practice, describe que para que un manga sea exitoso debe tener los siguientes elementos: personajes, tema, historia, contexto y todos envueltos en el arte. Esta metodología (entre otras) me ayudaron a dar estructura a los personajes, sus motivaciones, su razón de hacer lo que hacen y cómo todo se justifica en el desarrollo de la novela.
¿Cuáles son tus planes a futuro escribiendo ciencia ficción?
Previo 2056 desarrollé una antología de cuentos sobre el duelo llamada Cuentos del Cosmos, que si bien, no considero que sea ciencia ficción, entra más en el reino de la fantasía.
Actualmente me encuentro desarrollando otra novela, esta vez en un contexto mexicano completamente, algo al estilo Rashomon, donde diferentes puntos de vista construyen la narrativa y el lector es quien tiene la palabra final.
Por mis venas circula la ciencia ficción, es algo que jamás va a dejar de gustarme: desde los videojuegos, ánime, literatura, o cualquier forma de media, es algo que es tan mío como respirar. Sin duda seguiré trabajando en ello, me gustaría desarrollarme como autor y seguir publicando, no por la fama o el dinero -que a nadie le estorba-, pero más por el hecho de que puedo hacerlo, y porque tengo una historia que quiero contar.
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