Anacronía Lunar (Reseña)

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Anacronía Lunar es una reunión de cuentos breves y algunas mini-ficciones publicada en el año 2022 gracias a Dark&Glow Press. Editorial oriunda de la cuenca Ciudad de México dedicada a difundir fantasía, terror y novela negra. Es distribuída por el Fondo de Cultura Económica. El autor, Osvaldo A. Patiño, es el ganador del Premio de Cuento de Ciencia Ficción Semillas 2022, celebrado por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), cede San Lorenzo Tezonco. El cuento premiado se titula “Sociedad del conocimiento” y pronto será impreso como parte de la antología, resultado de dicho certamen.

Más que ciencia ficción

Este cuentario me ha provocado diversas emociones a lo largo de su lectura, un extrañamiento a veces camuflado con la cotidianidad mexicana, cuyo origen fantástico despierta ahí y surge repentino, para enraizar su ficción en campo romancista. Anacronía lunar, libro ráfaga en brevedad, profundo a la hora de narrar cada una de sus piezas, no todas pertenecientes al género de ciencia ficción; pero las que sí, resultan verdaderamente inquietantes.

Osvaldo A. Patiño asegura tener una influencia muy marcada por la literatura inglesa, en especial por Mary Wollstonecraft Shelley, autora a quien venera como maestra de enseñanzas vivenciales y literarias, incluso le dedica uno de sus cuentos en Anacronía lunar, titulado “Prometea”. El espíritu, lo oculto, la oscuridad, la soledad, son temas recurrentes de este autor que se deja ir con el pulso de poeta exaltado por la musa. ¿Alucinaciones auditivas? Quizá el propio lenguaje y su red argumental, la maquinaria de la expresión templada en forma de diálogo entre un Más allá, hasta un Para siempre. Adentrarse en cualquier cuento de este libro, es como mirar a través de un microscopio.

Temas y referencias

Para describir las narraciones de Anacronía lunar, será necesario tomar en cuenta el aspecto político que visibiliza el valor social de la mujer. Por ejemplo, es raro toparse con protagonistas masculinos, la mayoría de personajes son mujeres que padecen la hostilidad un mundo violento, distópico a imagen y semejanza del hombre. La mención de Joanna Russ, Amparo Dávila y Úrsula K. Le Guin, como referencias, recrea un discurso contrario al de los sistemas opresivos. Cuentos como el homónimo del libro, Anacronía lunar, realiza una analogía entre los ciclos menstruales, la idea del cautiverio exterior y la comunicación psíquica con el propio cuerpo, la revolución femenil, el testimonio de las silenciadas, la migración hacia el país del norte. Temas presentes en otras narraciones, tales como: “Aprender a nadar”, “El inicio de la infancia”, “Designio”, “Presión” o “La bella durmiente”.

Este cuentario también exhibe algunas piezas intertextuales, derivadas de las lecturas favoritas del autor, quien se propone escribir la otra historia o anécdota alternativa, tal como sucede con “Las llamas del llano”, un paragón con el cuento de Juan Rulfo; “Limpieza”, relato que da origen al pleito entre los magos (istaris) de El Silmarillion, escrito por J. R. R. Tolkien; y me aventuraría a decir que la breve historia de “Al-Saahir (el genio)” está motivada por la obra anónima de las Mil y una noches de Aladino y la lámpara maravillosa; el trasfondo social, político y fantástico, como reitero, están siempre presentes. 

“Lateralus”, uno de los cuentos de ciencia ficción, cuyo título evoca a uno de los discos más emblemáticos del metal progresivo estadounidense, homenajeando a la banda Tool y la Suseción Fibonacci, exponentes de la llamada creatividad continua; el relato nos adentra en la historia de dos amigas científicas que se proponen imitar la creación estelar. El primer cuento de esta reunión, “Vida plena”, funciona como una especie de apertura, la primera señal del tipo de cuentos que vamos a enfrentar en el resto de Anacronía lunar: desconcertantes, a veces fatídicos, trágicos. “Paciente”, otra pieza de ciencia ficción que demuestra este punto, con la primera tentativa de implantar un cerebro activo desde hace 500 años, a un nuevo cuerpo humano. En la búsqueda de perfeccionar el razonamiento, se termina por destruír lo más bello, la posibilidad de comunicarnos. La fábula CiFi “Fiesta brava” es otro ejemplo claro de ominosidad. Como estos cuentos, hay varios más en este libro, que, dicho sea de paso, resulta muy agradable en cuestiones de distribución textual, procura guardar cierto equilibrio a la hora de presentarse ante su lector. Excepto por algunos errores ortotipográficos, como la acentuación ausente en diacríticos, estas lecturas son bastante fuidas, fascinantes.  

No te pierdas Anacronía Lunar de Osvaldo A. Patiño

Hoy día, Osvaldo A. Patiño sigue escribiendo historias de ciencia ficción, está trabajando en una novela que presentará al concurso convocado por editorial De Otro Tipo. Tiene la intención de rifar algunos ejemplares de Anacronía lunar, a través de la página anfitriona, Ciencia Ficción México. Si eres de las primeras cinco personas en comentarnos sobre tus experiencias lectoras con obras de Johanna Russ, Úrsula K. Leguin, Mary W. Shelley, Amparo Dávila, principales influencias del autor, podrás llevarte un libro gratis.


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