Ecatepunk es una novela gráfica de Joshua Hernández publicada en el 2020 que nos presenta un México post apocalíptico, más específicamente un Ecatepec post apocalíptico aunque bien podríamos imaginar a toda la zona metropolitana del Valle de México en esta situación. Se trata de una historia llena de referencias a narrativas clásicas de la ciencia ficción universal pero envuelta en ambientes, lenguaje y situaciones muy propias de la cultura mexicana (particularmente de la “chilanga”).
A propósito de las influencias y referencias, el propio autor nos comenta:
Así es, las obras mencionadas (Mad Max, Akira) sí fueron referentes, también obras como Final Fantasy VII por su lucha sobre el ambiente deteriorado, e incluso pondría a FLCL (Fooly Cooly), como referente con Arcad10, la maquinita que es protagonista en la obra, porque siempre pensé en cómo hacer a una arcade un robot moviéndose. “Hora de aventura” siempre ha influenciado mi trabajo, porque no deja de ser una obra post-apocalíptica, y Tekkonkinkreet.
Lee la entrevista completa con Joshua Hernández aquí
Hablar del presente en clave de ciencia ficción
Seguiremos al Tlacuache, un niño que nació sin piernas ni brazos pero que se los construye a partir de la basura gracias a sus habilidades de auténtico ingeniero cibernético y a Susi, una joven sobreviviente de feminicidio que forma una pandilla de mujeres que viven en una comuna para protegerse: las castrahombres. Junto a Arcadio (un videojuego tragamonedas con el poder de convertirse en robot peleador) recorrerán la tierra baldía de lo que alguna vez fue Ecatepec, ahora convertido en una montaña de basura literal para derrotar al Hombre que vendió al mundo: una extraña criatura mitad bicho mitad hombre de negocios capitalista en parte responsable del deterioro ambiental que se vive en el mundo.
La novela gráfica cuenta con elementos sumamente violentos y gore pero codificados en un estilo de dibujo caótico, con colores negro y amarillo neón. Sobre el estilo Joshua comenta:
Sabía que tenía que retratar ciertos elementos crudos en la obra, y de alguna forma venía de la experiencia de Niña Piñata donde la violencia se transforma porque en esa obra todos son piñatas y no sangran, sino que expulsan dulces, pero eso no deja de verse violento y crudo. Y al usar los rayones en esta obra ciertamente genera esa sensación, desde luego que no es una obra apta para todas las edades, pero permite disfrutarse sin glorificar esa violencia. Creo que la violencia en obras ficticias puede servir cierto propósito para evitarla en la vida cotidiana.
¿De qué habla Ecatepunk? Del apocalipsis, pero no un apocalipsis abrupto y dramático hollywoodense sino de uno más lento, que sucede ante los ojos de los habitantes de este mundo sin que nadie pueda hacer nada al respecto. Nos habla de problemas sociales actuales como el feminicidio, la marginación, la contaminación y la violencia pandilleril, de las obras de gobierno inconclusas y del paisaje deteriorado que de alguna manera forma parte de nuestra identidad cultural. Ecatepunk es un viaje a un futuro posible a través de la realidad tangible; es reconocer lo extraño de la distopía probable en lo familiar de una geografía desordenada pero propia.
Cyberpunk “a la mexicana”
Ecatepunk es una obra que conjuga elementos “clásicos” de la narrativa de ciencia ficción más convencional pero los envuelve en una mística mexicana: retrata la realidad de las personas que viven en la zona metropolitana del valle de México al tiempo que incorpora elementos como la caída del gobierno, las extensiones corporales cyborg, el cambio climático y la existencia de robots inteligentes. A propósito Joshua reflexiona:
Creo firmemente que el dibujo es sólo una forma de representar realidades, no me agradaría imitar la realidad, creo que como dibujantes transformamos realidades. Por eso al trasladar el escenario a la obra era importante mantener una estética constante que pareciera destruida a través de las líneas, lo increíble creo radica en cómo a partir de conocer los entornos, las personas identifican estos sitios y sienten un interés en la obra sólo por ocupar el espacio geográfico que ubican, porque además son espacios distintos, pero retienen la idea de lo que existe.
Plaza las Américas, Avenida Central, el planetario a medio construir, un vagón de metro y el Mexicable. Escenarios cotidianos dan vida a una aventura con altas dosis de fantasía videojugadora y con influencias del manga. ¿Cómo influye la realidad tangible en una obra como esta?
Influye en todo, la percepción que uno tiene de la realidad se construye a partir del entorno propio, vivimos al punto de asimilarla como cotidianeidad, hasta que la compartimos con otros y nos damos cuenta que lo que podríamos considerar normal no lo es en todos lados. Mi trabajo sin duda sería exageradamente diferente si viviera en otro lugar, soy lo que este espacio me ha hecho también. Y no mentiría al decir que gran parte de mis ideas han surgido de viajar horas y horas en el transporte público.
Ecatepunk ¿Una obra muy hope/cyber-punk?
A pesar de la decadencia, el desorden, la violencia y el progreso tecnológico como un factor destructivo para la humanidad, Ecatepunk nos ofrece una mirada esperanzadora: a través del mítico “barrio” (entendido como organización social-popular), la obra plantea un volver a empezar. Al final de la lucha viene la reconstrucción y algo que viviendo en México nos parece completamente utópico e inalcanzable: la paz y la felicidad.
De esta manera es como Joshua logra transformar una clásica historia cyberpunk en una auténtica propuesta hopepunk: una distopía que transmuta en utopía mediante el perdón y la solidaridad entre las personas (y otros seres inteligentes).
La narrativa gráfica mexicana y la ciencia ficción
Joshua Hernández es un narrador gráfico independiente: todas sus publicaciones han sido impulsadas mediante campañas de fondeo comunitario y la mayoría son de acceso gratuito. Si bien la ciencia ficción no es su género de trabajo principal, hay muchos elementos incorporados en su obra y Ecatepunk es, hasta el momento, su única novela que podríamos enmarcar claramente en este género.
Lo más importante para mí es hacer mi trabajo bajo mis propias condiciones asumiendo los riesgos que implica. Y los mayores apoyos han venido de la comunidad de lectores que se ha formado estos años. A través de patreon por ejemplo…No creo que sea totalmente necesario llegar a audiencias más grandes, creo que cada tipo de narrativa tiene su nicho, siempre es lindo que se expanda, y de hecho me parece que debería explorarse más, sería genial ver más adaptaciones u obras enfocadas en ciencia ficción en series televisivas mexicanas, porque si hay gente a la que le agradaría verlas
Ecatepunk es una novela gráfica que no puede faltar en la colección de los fanáticos de la ciencia ficción mexicana. Si está en tus posibilidades adquiere un ejemplar impreso y apoya los proyectos de Joshua ¡Sus historias te van a encantar!
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